jueves, 20 de marzo de 2008
El día en que el infierno se hizo carne, II
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...ahora, lejos ya de su tierra y de sus recuerdos, servía en Tierra Santa bajo la bandera de Raimundo de Trípoli, defendiendo el agonizante Reino Latino de Jerusalén. No se había alistado por fe, ni por devoción. Su curiosidad por conocer Palestina y las lucrativas promesas de botín lo habían llevado hasta allí. Presto a luchar contra aquel ángel del demonio que había llegado desde donde se unen el Tigris y el Éufrates para expulsar al mar a los cristianos de Tierra Santa. El Sultán de Egipto lideraba el empuje musulmán y Jerusalén era su meta. Y allí, en medio de un terrible desfiladero, trampa mortal en la que habían caído los cristianos en su desesperación, se encontraba Lope Núñez, esperando la muerte segura con tranquilidad y resignación.
Alzó su mirada al cielo y a través de las rendijas del yelmo observó la bóveda celeste, fulgurante en su claridad, y quedó cegado por el resplandor brutal del sol que refulgía en las armaduras de los miles de soldados que allí se concentraban. Las cavernas y las rocosas paredes de la garganta de Hattin reverberaban bajo aquel calor infernal, y el cuadro, con las dos imponentes colinas a cada lado y las huestes sarracenas enfrente se le figuró a Lope como la representación viva del ángel vengador y justiciero que Dios enviaba para que, con su espada purificadora, exterminara a los hombres que en su nombre derramaban tanta sangre desde la I Cruzada. Todo era como natural, le pareció a Lope. Los hombres, el cielo refulgente, las arenas áridas, la muerte que aguardaba afilando su guadaña tras los riscos del desfiladero de Hattin, excitada ante el olor de la sangre cristiana. Porque no se engañaba, de allí no saldrían.
Cuando corrió entre las filas de la caballería la orden de ataque, Lope acarició el negro pelaje de su poderoso corcél, lo espoleó al lentamente, se ajustó el yelmo y empuñó su magnífico alfanje vizcaíno. Ahora sólo lo tenía a él. Dios hacía mucho que había abandonado aquel lugar yermo y abrasado. Miró a sus compañeros. Rostros serios y graves, miradas fieras. Gente de armas, veterana, hecha a sufrir y a batallar en el borde del abismo, con la Parca enfrente riéndo malévola, jugándose los cuartos con el filo de su espada.Puso su mente en blanco y se preparó para morir matando.
La caballería de Raimundo se lanzó al galope contra la vanguardia sarracena con la vana esperanza de abrir suficiente hueco para que el grueso del ejécito cruzado llegara a Tiberíades y la liberara. Lope entró en el fragor del combate gritando a voz en cuello el grito ibérico ancestral de ¡Santiago, Santiago, Castilla y Santiago! y rugió dando mandobles por doquier, batiendose como un león. Por un momento pareció que lo conseguían, pero pronto se percató Lope Núñez de que aquello era una estratagema de Saladino, que había ordenado a sus filas que se abrieran para luego encerrar a la caballería cruzada en una jaula mortal. Lope comprendió que aquellas ardientes arenas de Hattin serían su tumba, que Jerusalén estaba perdida, y con ella el destino de los cristianos de Tierra Santa. Que nunca más volverían a reinar en Palestina. Que nunca más vería salir el sol.
Pero antes, pensó Lope en un brevísimo lapso de reposo, se llevaría de invitados a unos cuantos sarracenos a la cena que el diablo le prepararía para esa noche.
miércoles, 19 de marzo de 2008
El día en que el infierno se hizo carne, I
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miércoles, 12 de marzo de 2008
Un día cualquiera en la Historia, II
martes, 11 de marzo de 2008
Un día cualquiera en la Historia, I
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viernes, 7 de marzo de 2008
El retorno a los orígenes
lunes, 3 de marzo de 2008
Sobre parásitos, ladrones y demás gentuza
Como no todos los días se puede ser brillante y hay días en los que ni siquiera se puede intentarlo, el post que ahora escribo se lo voy a dedicar a un tema que me toca, de una manera descarada y especial, los cojones. Esto es, la payasada de las escuelas taller en Chipiona y toda la mierda que le rodea.
Con la autoridad que me he concedido a mí mismo puedo afirmar y afirmo que las escuelas taller son una puta mierda. Supuestamente, estos proyectos nacieron auspiciados por un ayuntamiento preocupado por el futuro laboral de una serie de jóvenes (algunos no tanto) que, después de haber abandonado sus estudios sin obtener la titulación mínima exigida (la ESO) se encuentran en una supuesta situación de desamparo social y profesional. Así pues, el plan consiste en organizar una serie de talleres de aprendizaje de distintos oficios manuales (albañilería, jardinería, mecánica, etc) donde a los alumnos, además de enseñarles las habilidades y vericuetos propios de la profesión elegida, se les paga, de forma simbólica, una cantidad que, en la mayoría de los casos, ronda la cifra en la que se sitúa el salario mínimo interprofesional en España. Así pues, cientos de personas en Chipiona se embolsan al mes cerca de 600 euros, básicamente, por tocarse los cojones a dos manos a cargo del erario público. Y le explico, amado lector solitario que aún sigues leyendo y no te has ido a perder tu tiempo en otro rincón del universo cibernético, porqué el pueblo de Chipiona no sólo consiente apáticamente sino que además aplaude el citado despilfarro pecuniario que conlleva la realización de este disparate.
A priori, el proyecto de crear unos talleres temporales, con una duración aproximada de 2 o 3 años, en los que gente sin demasiado futuro se dedique a aprender un oficio y remunerarles mínimamente por ello mientras construyen y arreglan determinadas zonas, plazas y jardines de la ciudad, resulta plausible y conmovedor. Pero cuando uno se acerca a la realidad, descubre que no, que todo es una grandísima farsa y que el quid se sitúa tras las bambalinas, en la tramoya de la plaza de la Iglesia. En el ayuntamiento y su equipo de gobierno socialista, para más señas.
La mayor parte de los empleados en estos talleres son jóvenes de entre 17 y 20 años, aunque muchos también son cuarentones que deambulan de un trabajo a otro y cuyo verdadero oficio, se podría decir sin tapujos, es parasitar a costa de las arcas públicas. Son gente que abandonó los estudios secundarios obligatorios por desinterés, apatía, ignorancia o todo a la vez. Personas abúlicas, analfabetas (aunque sepan escribir, más mal que bien), gente que ni siquiera es capaz de distinguir entre la derecha y la izquierda política, gente que cree que Napoleón fue el ganador de Eurovisión de hace tres años y que no posee ni el más elemental criterio ni capacidad analítica: en resumen, gente sin luces, borregos. Estas personas, debido a su fragilidad social derivada de sus nulas capacidades personales, constituyen el blanco más fácil para los políticos avispados que gobiernan Chipiona.
La cosa es fácil: yo, alcalde, te doy la oportunidad de sobrevivir en un mundo feroz donde la titulitis ha convertido la sociedad en una selva de competitividad extrema en la cual tú, que no tienes ni la ESO, ni piensas tenerla nunca, no tienes la más mínima posibilidad de sobrevivir. Así que, amigo, yo te ofrezco la posibilidad de emplearte en un taller municipal, de protegerte bajo el ancho techo de la autoridad, de reciclar tu vida y hacer de tí algo mínimamente de provecho, de darte a cambio un sueldo y, lo que es más importante, de darte al finalizar el proyecto un título que, al cambio, te permitirá subsistir, trabajar y vivir, al fin y al cabo. Pero claro, a cambio, tú, que para mí sólo eres un voto andante y parlante, vivirás eternamente agradecido por mi magnánima bondad y me demostrarás esa gratitud cada cuatro años, en las urnas, votándome. Simple y sencillo.
La perversión de este dislate radica en que el ayuntamiento pone las bases de dichas escuelas pero luego no se preocupa para nada de que los alumnos empleados sigan las normas y sean debidamente enseñados. En otras palabras: le dan los 500 euros a los chavales, les dice a tal hora en tal sitio, y si tú aprendes o no, a mí me la suda. Lo que importa es que me votes y tal. Con lo cual, personas de por sí vagas, maleantes y apáticas, encuentran el caldo de cultivo perfecto para su holgazanería, y no sólo eso, sino que además son conscientes de que han venido a dar con su Dorado particular: vivir sin trabajar y encima cobrando. Que esto sea pan para hoy y hambre para mañana les da igual. No tienen las luces suficientes como para vislumbrar lo que puede venir.
Con esto, el ayuntamiento logra su objetivo principal: asegurarse un electorado más o menos fijos, un saco de votos. Creando una esfera de estómagos agradecidos que orbitan a su alrededor, y estableciendo las bases de un sistema que alberga el germen de la destrucción de la democracia: un equilibrio entre autoridad y enchufados, donde todos saben que la caída de uno de los dos elementos arrastrará al otro. Si tú pierdes las elecciones yo pierdo mi trabajo. Es fácil. Y no sólo se aseguran el voto del interesado que "aprende" en una escuela taller, sino que además ganan muchos enteros para embaucar al entorno más cercano y personal del "alumno". Padres, hermanos, tíos y amigos están impresionados por la misericordia del ayuntamiento, que ha sacado a mi compi de la miseria y la precariedad laboral. Lo voy a votar, porque es un tío buena gente.
Las consecuencias, para los interesados y para la sociedad son nefastas. Este sistema contribuye a la corrupción de la democracia ya que el nepotismo y el enchufismo debilitan la sana meritocracia, la justicia, la equidad y la ética social en las que se debe basar cualquier sistema democrático serio. Luego, además, es una forma de manipular indirectamente unas elecciones, porque el que está en el poder abona el campo para desequilibrar la balanza electoral a su favor, ganándose de antemano a parte del electorado con estas prebendas tan cutres y caciquiles. Roban dentro de las instituciones. Roban con el urbanismo de por medio. Roban indirectamente. Y encima el pueblo les aplaude, y les concede mayorías absolutas. Sobre la conveniencia de las mayorías absolutas y sobre el criterio de los ciudadanos a la hora de elegir a sus representantes hablaré en otro momento.
Por si fuera poco, a los "alumnos" los sitúan en una situación comprometida. Además de convertirlos en borregos sin criterio ni análisis propio (aunque más bien esto ya lo son de nacimiento) los convierten en peleles al colocar su propio futuro inmediato al albur de unas elecciones inciertas, donde puede no resultar decisivo el haber creado una recua de monigotes con derecho a voto para ganar. Siempre hay factores incontrolables...¿en qué situación quedarían estos infelices si sus padrinos no ganan y salen despedidos del ayuntamiento?
Por último, pero no menos escandaloso (quizá más escandaloso que cualquier otro factor antes citado) es ver cómo estos sujetos, indocumentados y farsantes sociales, cobran 500 euros mensuales por no hacer nada. Por no aprender nada. Por sentarse de brazos cruzados viendo cómo uno hace el trabajo y el resto piensa en qué ropa se va a comprar con el dinero de todos los chipioneros. Es infame, que tiren nuestro dinero con la sonrisita bobalicona del infeliz que no sabe que es utilizado para ganar unas elecciones. En cierto modo me dan pena, no sólo asco. Son parásitos pero ni siquiera llegan a intuirlo. Si no fuera porque se visten, comen y se reproducen con mi dinero, me darían lástima.
Hoy quería hablar sobre ello. Me indigna ver cómo los políticos destruyen los cimientos de la democracia en España, y cómo "educan" a una generación inculta, analfabeta, que además se precia de serlo (ni saben, ni quieren saber). Lo peor de todo es que sobre esta generación será sobre la que se asiente la nación y su futuro. El mío y el nuestro, vaya. Una catedral cuyos pilares son de gelatina está destinada a acabar en ruinas. O mirando a La Meca, nunca se sabe. Yo mientras, me despacho a gusto aquí, ahora que nadie me ve. Sólo les diré que no cuenten conmigo, y que no lo hagan en mi nombre.
Como dijo un sabio, máteme, pero no me estafe.